jueves, 18 de octubre de 2012

TIPS para ambientar el cuarto del bebé (PARTE DOS)


Las cunas actuales están diseñadas para funcionar de modo más sencillo. Algunas disponen de un mecanismo que permite bajar uno o los dos costados con una sola mano. Si se tiene pensado invertir a largo plazo, hay cunas que se convierten en cama para niño de tres o cuatro años o en una cama individual cuando es un poco mayor.

Las cunas con dibujos decorativos cortados en la cabecera y los pies no se recomiendan, puesto que al bebé se le pueden quedar manos, piernas o cabeza atrapadas. Además, si la cuna tiene rueditas y no se pueden bloquear, es necesario retirarlas tras un tiempo de uso, ya que cuando el bebé crezca puede empujarla y moverla por todo el cuarto, lo que es de poca seguridad.

Para la cuna, el colchón debe caber cómodamente, dejando un espacio mayor a dos dedos entre el borde del colchón y la cabecera. Hay en existencia cuatro tipos distintos de colchones, variables (como todo) por sus materiales y precios. El de espuma es el más barato. Es antialérgico, pero menos higiénico. El colchón de muelles es de precio accesible y tiene de ventaja que dispone de dos caras: una para los meses calientes y otra para los fríos. El tercer tipo es el de fibra de coco. Su higiene es muy alta, impide la acumulación de humedad, pero esto lo hace más caro. El cuarto y último colchón puede costar hasta dos mil pesos. Está fabricado con látex, es el más higiénico y se adapta mejor al cuerpo del bebé.

El espacio no utilizado debajo de la cuna, puede ser aprovechado si se utilizan cajas de plástico para guardar pañales, ropa, zapatos y elementos imprescindibles en los cuidados del bebé.

La mecedora es elemento imprescindible a menos que se tenga un sistema de arrullamiento automático más efectivo. Conducen al sueño en forma veloz y segura, sobre todo a los infantes. Se aconsejan las mecedoras deslizables, de movimiento suave. Deben tenerse en mente dos cosas al adquirir una mecedora: que ésta tenga brazos planos y sea de acolchado cómodo para hacer más agradables los momentos de dar de comer al bebé o mecerlo a la hora de dormir.

El cambiador es un lugar cómodo y además proporciona espacio dónde guardar los pañales y otros artículos necesarios al proceso. Recuérdese que la almohadilla del cambiador debe ser lavable e impermeable.

Es de utilidad colocar un móvil que sirva de distracción para el bebé mientras lo cambia. Debe colgarse a altura suficiente para maniobrar en el cambio de pañales y para que el bebé no alcance el móvil distractor.

En categoría de pañales hay tres opciones:

- El clásico de tela, que debe lavarse a la brevedad posible.

- Luego, los presentados por Ecobebé, con el modelo de toalla Swaddlebees, que tienen 6 capas superabsorbentes (dos de toalla de algodón, una toalla oculta de toalla de cáñamo y un absorbente extra de 2 capas de toalla de cáñamo con otra capa de toalla), que permite verse bien al infante, además que es extra absorbente. También deben lavarse.

- Los pañales desechables se almacenan mejor en una cubeta para pañales. La tapa de la cubeta debe cerrarse con seguro, ser forrado el interior con bolsas de plástico, vaciarse con frecuencia, rociar el interior de la cubeta con desinfectante para evitar el mal olor. Si no se utiliza cubeta, los pañales sucios deben ser tirados en botes de basura exteriores.

Por último, el ambiente del bebé debe extremarse en seguridad. En la habitación se recomienda durante los primeros meses evitar las alfombras, puesto que atrapan ácaros y polvo, factores que podrían provocar alergias al bebé. Se aconseja no sobrecargar los espacios de la habitación porque se dificulta la limpieza, factor fundamental para su salud.

Además, la habitación debe tener una buena ventilación. Se deben utilizar pinturas no tóxicas, libres de plomo, buscar muebles con bordes redondeados, valerse de protectores de enchufes, de cajones, de puertas y ventanas. Guardar bien medicamentos, pomadas y otros materiales que el bebé pueda llevar a la boca. Evitar en la habitación objetos de cristal, cerámica u otros que resulten frágiles y que puedan causarle daño. Asegurar los muebles a la pared para que no puedan venirse abajo a un impulso del bebé.

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