martes, 9 de octubre de 2012

Cómo diseñar un lugar especial para tus libros



Aunque el hábito de la lectura está cada vez más desarraigado y en ocasiones los libros son escasos en muchas casas, siempre existen algunos ejemplares que nos llaman la atención y deseamos conservarlos.

Para almacenar los libros en un lugar práctico y que los proteja, no es necesario contar con un mueble robusto y solemne como los de antes, con un simple estante pequeño, un mueble a la medida o hasta uno modular armado por nosotros mismos es suficiente.

Los libreros pueden ser una pieza de gran valor decorativo, por ello te presentamos algunas opciones para que elijas la que mejor va con el estilo de tu casa o tus necesidades:

Los libreros modulares puedes conseguirlos en cualquier tienda de muebles. Los hay de diferentes estilos y dimensiones, pre-armados o embalados para ser construidos en casa.

Algunos diseños permiten agregar varios módulos al conjunto conforme se vayan necesitando, otros poseen baldas móviles que se achican o agrandan según el espacio requerido, además de acoplarse con muebles de la misma línea, por ejemplo un escritorio.

Es importante tomar nota del espacio donde irá colocado y verificar en la tienda las dimensiones, sobre todo si el módulo es para armar.

Libreros bajos son ideales para ubicarse en recibidores e ingresos pequeños, pues además de su uso lógico, funcionan bien como mesitas de apoyo. En ambientes más amplios pueden funcionar para delimitar espacios, mientras que en lugares reducidos puede colocarse detrás de un sillón y aprovecharse para guardar otras cosas.

Los libreros empotrados suelen ser la respuesta inmediata cuando se trata de aprovechar un nicho en la pared, un vano entre columnas o el espacio bajo la escalera. No resta metros y se integra a la decoración, lo puedes diseñar a tu gusto agregando tablones o introduciendo un modular que ajuste con las dimensiones del hueco.

Los libreros personalizados son una opción segura pues irá totalmente acorde con el espacio y el diseño que decidas. Con la ayuda de un carpintero podrás definir mejor tus ideas. Si estás planeando diseñar una gran biblioteca de suelo a techo, un buen recurso para mitigar su peso visual es optar por un estilo simétrico y pintarlo igual que las paredes, así como evitar que su longitud toque el techo. En espacios diáfanos puede servir, además, para separar ambientes.

Otras opciones:

- Enmarcar una puerta con una librería tipo puente (es decir pasando por encima de la parte alta del marco y entre el techo) es una manera práctica para aprovechar los metros. Hazla cómoda, reservando la parte inferior a aquellos volúmenes que más consultes, y la zona superior, de difícil acceso, a libros de menos uso.

- Colocar baldas de madera o cristal en una pared que separa ambientes. Si cuentas con una superficie de estas características nada más vestidor que incluir una repisa sujeta por escuadras o por medio de herrajes ocultos para almacenar tus libros favoritos, disponer de espacio para los discos compactos o cualquier cosa que prefieras exhibir.

- Si el sofá no está pegado a la pared, detrás del respaldo podrás poner un mueble bajo con capacidad para guardar revistas, que no debe exceder el alto del sillón, pero sí deberá ser tan largo como éste.

- En los laterales de la cama también hay hueco para poner una librería extra. Lo habitual es aprovechar como zona de almacén el espacio debajo de la cama, pero ¿y los laterales? Sólo tienes que elegir un módulo alargado con dos o tres divisiones y un fondo de 15 a 20 cm para que sea cómodo salir de la cama. Piensa que su altura se debería adaptar al diseño de la cama y la altura del colchón.

- Bajo la ventana. El tramo que existe entre la parte baja de la ventana y el suelo es ideal para una librería suspendida. Sencilla de elaborar con cristal biselado, o placas de yeso laminado pintadas de acuerdo al resto de la habitación pasará desapercibida.

- Cualquiera que sea tu proyecto para realizar una librería en casa, es básico que no restes importancia a la iluminación que deberá ser general (focos en el techo) y puntual (preferiblemente con una lámpara de pie) y la opción de conseguirte un buen sillón, que sea confortable, de ser posible reclinable, todo con fines de lograr una atmósfera distendida y agradable que te acompañe en la concentración de tu lectura.

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