Aunque el hábito de la lectura está cada vez más
desarraigado y en ocasiones los libros son escasos en muchas casas, siempre
existen algunos ejemplares que nos llaman la atención y deseamos conservarlos.
Para almacenar los libros en un lugar práctico y que los proteja,
no es necesario contar con un mueble robusto y solemne como los de antes, con
un simple estante pequeño, un mueble a la medida o hasta uno modular armado por
nosotros mismos es suficiente.
Los libreros pueden ser una pieza de gran valor decorativo,
por ello te presentamos algunas opciones para que elijas la que mejor va con el
estilo de tu casa o tus necesidades:
Los libreros modulares puedes conseguirlos en cualquier
tienda de muebles. Los hay de diferentes estilos y dimensiones, pre-armados o
embalados para ser construidos en casa.
Algunos diseños permiten agregar varios módulos al conjunto
conforme se vayan necesitando, otros poseen baldas móviles que se achican o
agrandan según el espacio requerido, además de acoplarse con muebles de la
misma línea, por ejemplo un escritorio.
Es importante tomar nota del espacio donde irá colocado y
verificar en la tienda las dimensiones, sobre todo si el módulo es para armar.
Libreros bajos son ideales para ubicarse en recibidores e
ingresos pequeños, pues además de su uso lógico, funcionan bien como mesitas de
apoyo. En ambientes más amplios pueden funcionar para delimitar espacios,
mientras que en lugares reducidos puede colocarse detrás de un sillón y
aprovecharse para guardar otras cosas.
Los libreros empotrados suelen ser la respuesta inmediata
cuando se trata de aprovechar un nicho en la pared, un vano entre columnas o el
espacio bajo la escalera. No resta metros y se integra a la decoración, lo
puedes diseñar a tu gusto agregando tablones o introduciendo un modular que
ajuste con las dimensiones del hueco.
Los libreros personalizados son una opción segura pues irá
totalmente acorde con el espacio y el diseño que decidas. Con la ayuda de un
carpintero podrás definir mejor tus ideas. Si estás planeando diseñar una gran
biblioteca de suelo a techo, un buen recurso para mitigar su peso visual es
optar por un estilo simétrico y pintarlo igual que las paredes, así como evitar
que su longitud toque el techo. En espacios diáfanos puede servir, además, para
separar ambientes.
Otras opciones:
- Enmarcar una puerta con una librería tipo puente (es decir
pasando por encima de la parte alta del marco y entre el techo) es una manera
práctica para aprovechar los metros. Hazla cómoda, reservando la parte inferior
a aquellos volúmenes que más consultes, y la zona superior, de difícil acceso,
a libros de menos uso.
- Colocar baldas de madera o cristal en una pared que separa
ambientes. Si cuentas con una superficie de estas características nada más
vestidor que incluir una repisa sujeta por escuadras o por medio de herrajes
ocultos para almacenar tus libros favoritos, disponer de espacio para los
discos compactos o cualquier cosa que prefieras exhibir.
- Si el sofá no está pegado a la pared, detrás del respaldo
podrás poner un mueble bajo con capacidad para guardar revistas, que no debe
exceder el alto del sillón, pero sí deberá ser tan largo como éste.
- En los laterales de la cama también hay hueco para poner una
librería extra. Lo habitual es aprovechar como zona de almacén el espacio
debajo de la cama, pero ¿y los laterales? Sólo tienes que elegir un módulo
alargado con dos o tres divisiones y un fondo de 15 a 20 cm para que sea cómodo
salir de la cama. Piensa que su altura se debería adaptar al diseño de la cama
y la altura del colchón.
- Bajo la ventana. El tramo que existe entre la parte baja de
la ventana y el suelo es ideal para una librería suspendida. Sencilla de
elaborar con cristal biselado, o placas de yeso laminado pintadas de acuerdo al
resto de la habitación pasará desapercibida.
- Cualquiera que sea tu proyecto para realizar una librería en
casa, es básico que no restes importancia a la iluminación que deberá ser
general (focos en el techo) y puntual (preferiblemente con una lámpara de pie)
y la opción de conseguirte un buen sillón, que sea confortable, de ser posible
reclinable, todo con fines de lograr una atmósfera distendida y agradable que
te acompañe en la concentración de tu lectura.
Fuente: http://www.metroscubicos.com
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